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lunes, 27 de junio de 2016

CARTA AL ELECTORADO ESPAÑOL

Hay muchas cosas en este mundo que no entiendo. Entre esas cosas y respecto a los resultados de las elecciones de ayer expongo unos cuantos puntos:

No entiendo como puede haber tanta desidia en España, más de 7 millones de españoles ignoran su deber y su derecho a voto, les da igual quién les gobierne, qué se haga con su sanidad, la educación de sus hijos, la subida o bajada de impuestos, todas esas cosas que surgen del gobierno y que afectan de forma plausible e inmediata a nuestra vida cotidiana.

No entiendo cómo se puede premiar la corrupción, tanto de unos como de otros, en España está extendido el pensamiento "es que si a mi me lo ponen delante, yo también me lo llevo". Eso implica per se que la mayoría de España es corrupta, por acción u omisión y vemos con buenos ojos que nos estafen porque lo que nos duele es no poder estafar nosotros. (Aún así no lo entiendo porque yo al menos no pienso así)

No entiendo el miedo irracional al cambio, las políticas españolas son cuando menos, moderadas el cambio de partido puede ser realmente ínfimo teniendo en cuenta que una legislatura inicial da para cerrar los proyectos en marcha del anterior gobierno y comenzar los nuevos proyectos, pero rara vez se ven cambios reales en los primeros años de un cambio de gobierno. Sin embargo la política del miedo, de ese famoso "que vienen los comunistas" de película de Mariano Ozores sigue presente en nuestra sociedad, lamentablemente.

No entiendo el intento de amañar la elección del pueblo, ya sea manipulando encuestas (para causar mayor estado de decepción o crear una falsa esperanza), no entiendo la manipulación impune del voto (confirmadas residencias gestionadas por el clero que han llevado inválidos psíquicos que no sabían ni donde estaban para que votasen con papeletas que ya se les daban rellenas y cerradas) a eso se le llama fraude, pero no debemos meternos con el clero, que ellos hacen mucho por nosotros (así acaba uno perdiendo la fe, no en Dios, pero sí en sus mensajeros).

No entiendo a la gente que se llena la boca con amor al prójimo, tolerancia, caridad, aceptación, heterogeneidad (ese palabro existe) y toda clase de valores ideales compartidos por todos los grupos sociales en su mayoría pero que después no reconocen aplicables a cualquiera que no pertenezca a su grupo.

No entiendo cómo perdemos el respeto por nuestros semejantes insultando alegremente a la gente por sus creencias políticas (y digo creencias porque en España la política, como el fútbol, es una religión; un hobby más que se comparte con la familia y al que no cree lo mismo que nosotros, se le excluye) cada uno puede pensar y creer lo que quiera siempre que sepa el porqué de ello y no lo haga porque "en mi familia todos votamos..." o porque "mi padre me paga para que vote tal y así me voy de fiesta". Aprendamos a respetarnos como personas y a entender que siendo, como he dicho antes, un país corrupto y por ende egoísta, cada cual votará en interés propio y le importará un bledo las repercusiones sobre el resto del país. (Aunque pueda explicarlo, no lo entiendo)

Por último, hay otra cosa que no entiendo. Sabiendo toda la corrupción, egoísmo, intolerancia, miedo, fanatismo, desinformación e incultura elegida de forma voluntaria, ¿Por qué nos sorprende el resultado de éstas elecciones? Yo no entiendo que haya lo que hay, pero puesto que lo hay el resultado (aunque para mí sea deplorable) era previsible.

Y con esto critico tanto a unos como a otros, que sin generalizar, estos comportamientos están muy extendidos en nuestra población.

Termino citando a un socialista real, que dijo una frase hace más de un siglo y sigue teniendo vigencia: "-Ramplones, que sois unos ramplones. Hay que acabar con la ramplonería de este país de charanga y pandereta". Miguel de Unamuno y Jugo.

Un besito para ellas y para ellos si se dejan.

miércoles, 3 de febrero de 2016

SOBRE EL MACHISMO Y EL FEMINISMO

Pues tras encender la cachimba y aunque vaya un día tarde, me dispongo a escribir esta primera entrada de febrero (me he propuesto escribir una entrada semanal y tengo intención de cumplir).
En mi nuevo ordenador está el tercer capítulo de la nueva serie THE MAGICIANS, que por cierto me está encantando, y junto a mí un vaso grande de té calentito pero antes de verlo voy a escribiros porque siento que así os lo debo.
Ayer me hubiera gustado escribir la entrada ya que voy a escribir sobre un tema polémico y me metí en un debate sobre el asunto; sin embargo, creo que hoy es el día perfecto debido a una noticia que pone el tema candente.

Me explico: Ayer debatía en redes sociales sobre el machismo y su intrincada y desapercibida influencia en la mentalidad masculina.
Hablando de cómo los hombres debemos recapacitar sobre conductas arraigadas que son machistas aunque no las percibamos como tal, se describían en la conversación determinadas medidas para evitar el machismo.

Aquí voy a poner mi opinión, que probablemente sea distinta a las vuestras en muchos puntos pero agradecería dejemos a un lado las descalificaciones en caso de no estar de acuerdo.
La sociedad actual parte de la base (fundada en el TAN MENCIONADO PATRIARCADO) de que las mujeres no son iguales a los hombres y esa base, aceptada globalmente, hace que la lucha de la mujer sea por destacar en una sociedad que la menosprecia y la somete (ejemplos de esto son la negativa por parte de empresas de otorgar un puesto a mujeres que puedan quedar embarazadas o el hecho de que el sueldo de una mujer que desempeña el mismo cargo que un hombre sea en muchos casos inferior)

He escuchado en varias ocasiones una frase al respecto viniendo de una mujer que sinceramente me molesta y es "si no se da prioridad a la mujer se la está perjudicando". Sinceramente, esta frase me molesta porque en esta sociedad actual, es completamente cierto, actualmente las mujeres no son vistas como iguales a los hombres cuando no deberían ser distintas. Todos somos personas y objetivamente una mujer tiene las mismas capacidades laborales, mentales y sociales que un hombre.
Por esta circunstancia, creo que el objetivo de la sociedad debería ser el cambio para entender que tanto mujeres como hombres somos iguales romper ese clasismo que las toma como inferiores y partir de una base igualitaria desde la que empezar a tomar medidas para toda la sociedad.

¿Por qué digo esto? Porque el hombre está acostumbrado a discutir los problemas que actualmente afectan a las mujeres argumentando que esos mismos problemas los tenemos los hombres y esa argumentación crea un círculo vicioso de ataques pues ciertamente hay situaciones que aunque se dan en hombres, son mucho más usuales en las mujeres y son situaciones que no se deberían dar en absoluto.
 
Para ejemplo un botón: hoy ha salido una noticia de un grupo ultramachista que convoca una manifestación (idea con la que estoy en desacuerdo absoluto) ¿Qué van a reivindicar?  No lo sé y sinceramente, prefiero no saberlo porque probablemente me cabrearía bastante.
 
Para poner una conclusión al tema (siempre, insisto, en mi opinión)
 
* ¿Las mujeres deberían ser iguales a los hombres? Por supuesto, es lamentable que a día de hoy se las siga tratando como inferiores y tengan que luchar por unos derechos que les pertenecen
 
* ¿Los hombres tendemos a ningunear los problemas de igualdad argumentando que también tenemos problemas? Completamente cierto y lamentablemente incorrecto
 
* ¿La solución pasa por reconocer e impulsar el valor de la mujer en la sociedad? En parte, si impulsamos a la mujer en detrimento del hombre, no estamos cambiando la sociedad y ese impulso no tendrá constancia, además de reconocer y asimilar el valor de la mujer, la sociedad debe cambiar estructuralmente y contemplar el avance conjunto de todas las personas como iguales, sin importar sexo, raza, orientación...
Este último punto es algo utópico y difícil, pero desde mi punto de vista es el único cambio que asegura la estabilidad de ese impulso. Cualquier logro que se consiga sin un cambio en esa base de la sociedad es a mi parecer un parche que elimina los síntomas, pero no la enfermedad.

Lo siento por el tostón y pido disculpas si alguien se siente ofendido/a por mi punto de vista.
Comentarios ofensivos o que me parezcan un ataque serán eliminados (no eliminaré comentarios en desacuerdo siempre que el tono sea argumentativo y cordial como creo que es mi entrada)

Besitos a ellas y a ellos, si se dejan

viernes, 18 de diciembre de 2015

ARGUMENTACIÓN

Estaba fumando mi cachimba y comentando en una red social lo que pego a continuación pero me ha parecido relevante ponerlo aquí, por que quede reflejado, ya me diréis qué opinais.

"En el muro de un conocido he leído el siguiente texto apoyado por varios de sus contactos:
Podemitas: esa rara gente que condena la violencia y al minuto la aplaude. Que condena la dictadura del capitalismo y no la dictadura del comunismo. Que condena la violencia de género y por detrás golpea a los anti-abortistas en la universidad. Que condena la guerra y apoya el terrorismo. Que defiende la democracia y apoya la toma del poder por medio de la violencia. PODEMITAS.
Bien, he aquí mi respuesta, que pongo en mi propio muro para evitar censuras posibles:
Creo que confundes a los votantes de podemos con anarquistas radicales o comunistas radicales. hay gente de izquierda que votará a podemos condenando todo tipo de violencia y sin aplaudirla (de la gente que yo conozco nadie aplaude la violencia y una gran parte votará a podemos) toda dictadura es reprobable por el hecho de ser impuesta eliminando la libertad del pueblo a elegir su gobierno. La decisión de abortar o no dentro de los límites legales esta en la mujer embarazada y sus allegados. Si se está en contra de aborto, muy bien, pero es una decisión legal, moral y personal en cada caso, el gritar u avergonzar a la gente que toma sus propias decisiones, diferentes de las creencias que yo o tú tengamos, no es una opción en ningún caso y por supuesto atacar a los que no compartan la opinión, tampoco. (y he escuchado de agresiones por ambas partes).
Apoyar la diversidad de creencias no es apoyar el terrorismo. Se puede dialogar con todo ser humano sin necesidad de apoyar su forma de pensar o actuar; yo en particular ni apoyo el terrorismo, que me parece un acto deleznable, ni apoyo ningún tipo de guerra, ni mediática ni armamentística y por último, la democracia nunca puede apoyar la toma de poder por medio de la violencia, porque eso se llama golpe de Estado y desemboca en una dictadura que es lo contrario a democracia. No obstante, ante un sistema corrupto y que se olvida del pueblo, la historia nos recuerda que es necesario un alzamiento del pueblo para que se pueda reformar el sistema de gobierno. lo que no tiene por qué conllevar violencia pero sí defensa de las libertades. y esto viene de un cristiano, de izquierda moderada y capitalista, que por cierto, va a votar a Podemos"

martes, 20 de octubre de 2015

DE LA ÉTICA Y MORAL EN LA EDUCACIÓN

Estoy en casa mientras fumo una cachimba y reviso mis redes sociales cuando de repente me encuentro pensando en un post que he leído de estos que se quejan de la falta de respeto de los chavales de hoy en día. 

Cierto es que si los de cierta edad hubiésemos contestado así a nuestros padres antes de los treinta (y en muchos casos después) la hostia no nos la quita ni el arcángel Gabriel anunciándose.
 
Por otro lado, debo decir que tampoco estoy de acuerdo en igualar el miedo con el respeto, el respeto es un valor que se debe enseñar a profesar a todo aquel que nos rodea, no sólo a los parientes.
 
Digo esto porque he sido testigo en reiteradas ocasiones de gente que tiene un gran respeto (basado en el miedo infantil al castigo físico en muchas ocasiones) a su familia pero que después no tiene moral ni ética respecto al prójimo y no hablo de un valor cristiano como  muchos aducirían, hablo de un valor humano que debiéramos expresar y mostrar en cada aspecto de nuestra vida, entendiendo que nuestra educación es la primera impresión que dejamos en los demás y que la consecuencia de nuestros actos es directa a nuestro entorno y vital para una convivencia pacífica y sobre todo cívica.

Para finalizar, diré la educación de ética y valores empieza en la familia, en casa y desde que somos pequeños. Igual que a un niño se le enseña a comer sano y comer de todo, se le debe inculcar la tolerancia y el respeto por el resto de sus congéneres.
Y ésa es mi reflexión; que el mundo está patas arriba y es porque no nos molestamos en intentar hacer de nuestros hijos personas que valoren y respeten a los demás sin mirar por encima del hombro y sin menospreciar a quien tienen al lado.