sábado, 1 de septiembre de 2012

RE-VUELTA POST VACACIONES

Buenos días a todas y todos los que leéis este humilde blog envuelto en humo, como dije hace unos días, hoy comienza septiembre y aunque la valoración del curso y nuevos proyectos va a retrasarse una semanita más, no quería dejar pasar la oportunidad de escribir una entrada de esas de crítica social y personal, en este caso sobre las vacaciones, la vuelta de las vacaciones y el estrés que supone volver de las vacaciones, para los que no estamos de vacaciones.

Al lado de mi shisha de campaña (la chiquitita, que ahora es roja, porque la negra y la verde y una roja anterior a esta, las vendí o regalé, si es que soy la oruga que repartía cachimbas) me estoy dando cuenta de lo ... (insértese aquí un insulto clásico tal como Zangolotino, Gañán, Meapilas, Mascachapas...) que se puede llegar a ser cuando uno vuelve de vacaciones, sobre todo si tiene que llamar a un servicio de atención al cliente. Todos llamamos de repente con ansia de reparar lo que nos ha importado tanto como un orín de rata cistítica durante nuestro período vacacional, se convierte en segundos en el motivo vital de nuestra existencia y nos obliga a gritar y gruñir y poner reclamaciones porque claro, yo llamé antes de irme de vacaciones para encargar un producto, y como estaba de vacaciones, he obviado que ustedes me han llamado cientos de veces, porque claro, cuando vuelvo, no tengo el producto que ustedes me hubiesen avisado que no podía tener si les hubiese cogido el teléfono. pero la culpa no es mía y por tanto les monto un pollo considerable por algo de lo que no tienen ustedes ni culpa ni medio para cambiarlo.

Una vez montado el pollo por el envío erróneo de algo que no voy a usar pero que pedí porque no me gusta leer lo que me dan y  prefiero  creerme lo que el comercial, que no conoce las capacidades del producto ni las implicaciones del contrato que ofrece, me dice; me doy cuenta de que leyendo lo que he contratado no me interesa pero legalmente, el plazo de cancelación sin coste ( período de prueba, garantía...) se esfumó mientras estaba de vacaciones porque no me molesté en llamar, pero la culpa no es mía.

Por otro lado, me llevan avisando desde hace dos meses que entra en vigor una nueva modificación de las tarifas tributarias (impuestos) el día uno de mes. Puedo estar menos o nada de acuerdo con la subida de impuestos en la situación económica actual, pero avisado venía. Sin embargo, yo espero para comprar las cosas al día uno, porque claro, aunque tuviese dinero el venticinco y estuviese en disposición de hacer las compras, es más cómodo reunirse con quinientas personas en una fila en lugar de pasar entre diez de forma ordenada. Y por supuesto reclamo que han subido los precios como si fuese una sorpresa que me he encontrado al venir de mis vacaciones (que han durado una semana) y desde luego aprovecho para despotricar de manera gratuita no sólo de los que tienen dinero sinó de los que lo gastan a expuerta porque claro hay poca gente solidaria, porque hay que ayudar al projimo (pero al vecino de abajo no, que ese es moro/latino/rumano/chino/gitano... y a esos no les hace falta porque ya trapichean ellos)   ¡Qué barbaridad!

Pues sí señores, ¡Qué barbaridad! sobre todo la estulticia de la gente, gente que con más de 23 años no ha trabajado nunca, pero que tampoco ha estudiado nada,gente que no ve más allá d elo que tiene en su nariz, que generaliza por raza sin contemplar al individuo, que se siente más necesitada ue los demás por el sencillo hecho de ser ... ¿humano?, gente que depende de los demás para hacer su vida miserable porque no es capaz de avanzar o proponerse un objetivo propio, gente que no tiene educación, eso sí, que quiere que cuando vuelva de vacaciones se lo tengan todo hecho, incluso lo que no ha pedido. gente que trata a los empleados como unidad con el empleador, oiga que si en una franquicia de murcia no saben lo que hacen... ¡no vaya a Galicia a otra franquicia a quejarse! si se lo han explicado mal y le estoy explicando las cosas de nuevo, no se cierre usted en banda, entienda que los que le atienden también son personas.

Pero sobre todo, tengan paciencia , que usted ha vuelto de vacaciones, pero probablemente él también y tener que comenzar a tratar con las prisas, los malos humores y las depresiones postvacacionales de doscientos clientes diarios, le amarga un dulce a cualquiera, piense que igual que usted, yo también soy una persona, no soy una empresa, soy un empleado y si a usted no le gusta que le traten como a un inepto, no trate así a los profesionales que le atienden.


total que... ganas ya de que se calme todo porque... ¡Menudo veranito!

un abrazo a todos y todas, un beso a quien se deje y al resto... no seáis buenos, que es muy aburrido.

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