Con la cachimba encendida y luchando por encontrar un modo de salir a flote quiero escribir estas líneas.
Los últimos meses he tenido una creciente ansiedad debido a problemas personales y laborales. Esto ha llevado a una situación en la cual salir de casa es agonizante para mí y quedarme en casa también. Escribo esto porque desde pequeño, escribir era una forma de desahogarme y de decir todo eso que en palabras no conseguía sacar de mi garganta.
En las últimas semanas he barajado pensamientos autolíticos (pensar en herirme, suicidio...) y con dificultad lo he descartado por el momento. Pero me gustaría reflexionar sobre ello. ¿Qué lleva a alguien a plantear el suicidio como opción? En mi caso la tranquilidad de saber que el mundo va a seguir sin mí.
Ya de pequeño tuve varias veces ese tipo de pensamientos. Recuerdo con doce años preguntar a un profesor "¿si yo me perdiera, se perdería mucho?" A lo cual me contestó "para la gente que te rodea y te quiere sí, pero aunque somos el mundo para alguien no somos nadie para el mundo".
La muerte nos rodea y pocas veces le damos importancia. Incluso cuando alguien cercano muere lo apartamos de nuestro pensamiento poco a poco para poder avanzar y nuestro instinto de supervivencia florece ante estas situaciones. Sin embargo, hay veces que ese instinto, esas ganas de vivir no están ahí.
Cuando no tienes amor ni se le espera, no estás bien en el trabajo y no erescapaz de encontrar otro, tu familia no es alcanzable o no te entiende o peor aún, es una punzada que te hace sentir culpable por no poder dar más de ti; cuando no confías en ti mismo, cuando necesitas a esa gente que llamas amigos y que realmente son conocidos o incluso desconocidos porque analizando, poco sabes de ellos y por supuesto no están disponibles cuando tú necesitas (esto es obvio, cada persona tiene su vida y no tienes derecho a pausar la vida de nadie para acomodar la tuya, niño egoísta).
Cuando todo esto se junta y decides que no tienes fuerzas para seguir pidiendo ayuda sin encontrarla, cuando piensas en el niño que tenía fantasías sobre una vida que no tuviera problemas, que no tuviera secretos, que estuviera llena de amor y de ilusión y ves que tu vida tiene pocos logros pese a haber luchado por algo mejor. Entonces el borrar las preocupaciones y eliminar el futuro que ves tan negro como el pasado no parece más que otra opción viable.
A día de hoy no es mi opción, yo quiero seguir luchando por algo mejor y por seguir adelante pero el camino es difícil, y sin ayuda no sé si lo conseguiré.
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